LA REVELACIÓN BÍBLICA DE LA FAMILIA Y EL MATRIMONIO (5)
Elí y sus Hijos
Introducción: Mil años después había un sumo sacerdote llamado Elí. Aunque la Biblia no dice nada de su esposa lo que sabemos es que tuvo dos hijos cuyos nombres eran Ofni y Finees. Él estaba implicado activamente en la vida religiosa y nunca abandonó el ministerio al que Dios lo llamó. Elí creyó en Dios ciertamente, y conocía a Dios bastante para reconocer cuando Dios le estaba llamando a Samuel ser profeta. Elí entendió los estándares morales de Dios lo suficiente para criticar a Ana cuando él pensó que estaba emborrachada. Parece que Elí era cuidadoso, sensible, y útil a otros en sus necesidades. A menos él cuidó a Samuel cuando su madre Ana lo dejó para servir al Tabernáculo de Silo. Elí debió haber “amado” a su esposa y hijos (sentimentalmente), y aparentemente fue un marido ¨bueno” en el sentido de proveer una renta confiable de la familia, darles estatus social de la comunidad, y seguir siendo sexualmente fiel a su esposa.
Versículo de Memoria: 1 Sa 2:12
“Los hijos de Elí eran hombres indignos; no conocían al Señor .”
Texto: 1 Samuel 2:12-36; 3, 4
Preguntas:
- ¿Por qué era el pecado de los hijos de Elí muy grave delante de los ojos del Señor? (1 Sa 2:12-17
- ¿Cómo se refiere el pasaje a los hijos de Elí? (1 Sa 2:12)
- Elí les enseñó a sus hijos cómo ocuparse de las actividades religiosas pero no les regaló su fe. ¿Qué pudo haber hecho Elí para corregir a sus hijos?
- ¿Hay algo grave que están haciendo tus propios hijos que no le agrada a Dios? ¿Qué podrías hacer?
- ¿Cómo honró Elí a sus hijos en vez de honrar a Dios?
- ¿Reprendió Dios a Elí por no haber reprendido a sus propios hijos? (1 Sa 2:29)
- Elí no los corrigió a sus hijos hasta el punto de acabar con sus tonterías. Lamentablemente crecieron a ser hombres reconocidos por lo malo que hacían. Elí era pasivo en el área de disciplina moral y espiritual hasta que fue DEMASIADO TARDE! (1 Sa 3:13) ¿Cuál fue la consecuencia de su maldad?
- Porque Elí falló de aceptar su responsabilidad de ser la cabeza moral y espiritual en la casa y se quedó pasivo cuando debería haber sido activo, perdió mucho. ¿Qué se perdió?
- Perdió la habilidad de influenciar su comportamiento (1 Sa 2:25)
- Perdió su credibilidad como un líder moral y espiritual por la nación de Israel (1 Sa 2:23)
- Perdió comunicación con Dios (1 Sa 3:1)
- Perdió la bendición para sí mismo y su familia (1 Sa 2:30-31, 4:21)
- Perdió la misión a la que Dios le había llamado con su familia (1 Sa 2:33)
- Perdió el arca de Dios y su propia vida (1 Sa 4:18)
- SE QUEDÓ PASIVO cuando debería haber dirigido
- ABDICÓ SU RESPONSIBILIDAD MORAL Y ESPIRITUAL DE LIDERAZGO hasta que fue demasiado tarde
- CEDIÓ Al TEMOR (quizás de confrontación, críticas, o intimidación); y
- NO AMÓ A SUS HIJOS FIEL Y DESINTERESADAMENTE. Parece que él tenía más interés en comer bien (era bien gordo) y evitar distensión que disciplinar a sus hijos y ser fiel a Dios más que todo
Transición: A través de la vida de Elí se puede ver que ser un buen padre y marido requiere más que amor sentimental, una renta confiable, estatus social, y fidelidad sexual. Requiere madurez de carácter suficiente para demostrar valentía en momentos difíciles. Elí no se negó a ceder a la tentación de quedarse callado mientras se representaba como modelo y ejemplo a sus hijos. En estos días, hombría bíblica requiere una gran cantidad de coraje. Las ideologías predominantes y las cosmovisiones de hoy son intrínsecamente hostil a verdad Cristiana y son corrosivas a la fidelidad Cristiana. Requiere mucho coraje para un niño dedicarse a pureza sexual y para un hombre dedicarse a su esposa incondicionalmente. Requiere mucho coraje decir “no” a lo que la cultura insiste que son placeres lícitos y deleites de la carne. Requiere coraje servir como esposo y padre piadoso, criar a los niños en la natura y admonición del Señor. Requiere coraje para mantener la integridad personal en un mundo que devalúa la verdad, denigra la palabra de Dios, y que promete la realización de los deseos personales y la felicidad solamente a través la afirmación de la autonomía personal o sea cuando la persona sólo piensa en sí misma. La confianza verdadera de un hombre está basada en el coraje, y el coraje es evidencia de su carácter. Al fin, el carácter del hombre se revela en los retos diarios de la vida común. Para la mayoría de los hombres, la vida siempre le trae momentos en los cuales requieren coraje extraordinaria, si él se mantenga fiel y genuino.
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