El Segundo Paso del Evangelio
El segundo paso del evangelio es el pecado. Es imposible compartir el evangelio sin hablar de pecado. Por el pecado de Adán, cada ser humano es pecador porque nuestros padres y antepasados nos lo transmitieron así que somos pecadores. No importa si tu eres joven, viejo, pobre o rico eres pecador. El Papa del vaticano es pecador. Nació por un hombre y por una mujer por lo tanto es pecador. La Biblia declara que todos han pecado y están separados de la gloria de Dios [Romanos 3:23]. El hombre no tiene excusa. No hay razón por la cual recibirá un pase por haber pecado. Es culpable por haber ofendido a Dios y pecado es desobediencia a Dios.
Lamentablemente hay muchos Cristianos que no quieren mencionar el pecado cuando se involucran en conversar con no Cristianos pero, no mencionar el pecado no le hace favor. ¿Si el incrédulo no se da cuenta que ha ofendido a un Dios santo porque tendría necesidad de arrepentirse? Si no hay pecado, no hay necesidad de arrepentirse. El ser humano tiene una naturaleza corrupta [Gen 8:21, Prov 11:6, Jer 17:9] y por eso es necesario hablarle del pecado y come lo hace separación entre él y Dios. En el segundo capitulo del libro de Hechos encontramos una predica del Apóstol Pedro en el cual él descubrió el pecado de aquellos que mandaron a Jesús ser crucificado. Dijo, "clavasteis en una cruz por manos de impíos y le matasteis - los impíos son aquellos sin ley así que no son hombres justos [v.23b]" y "este Jesús a quien vosotros crucificasteis [v.36]." Pedro estaba exponiendo su pecado no para enorgullecerse a si mismo sino que para apuntar a ellos a la gloria y resplandor de un Dios Santo.
Hay mucho de que el pecador tiene que enterarse con respeto a su pecado para que le da la espalda, es decir arrepentirse. Por lo demás, debe estar de acuerdo con Dios en decir que le ha ofendido para que su arrepentimiento venga de lo profundo de su corazón pero si la luz no llega hasta los rincones más oscuros, el hombre tendrá la posibilidad de quedarse con lo que satisface a su carne en vez de dejarlo en el altar para consumirlo. El pecador tiene que entender que es enemigo de Dios [Santiago 4:4] y que nada que él hace le agrada a Dios así que es muy lejos de Dios [Isaías 53:6].
Por lo demás es necesario saber cuales son las consecuencias de pecado. La muerte física es una de las consecuencias. Cada uno de nosotros vamos a morir por el pecado. El pago del pecado es la muerte [Rom 6:23]. Es una realidad pero aún mas importante es la necesidad a ver que el juicio de Dios va a caer sobre cada no creyente. Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien temed a aquel que puede hacer perecer tanto el alma como el cuerpo en el infierno [Mat 10:28].
Por lo tanto, otra consecuencia significante es la muerte espiritual. "Y el que no se encontraba inscrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego [Apoc 20:15]."
El pecador debe entender que el pecado es real y que tiene consecuencias eternas. El acto de presentarle el evangelio verdadero es un acto de amor en que le explicamos la realidad y las consecuencias de pecado. Nuestra fidelidad en presentarle el evangelio verdadero le agrada a Dios y le sirve al pecador entender que su única esperanza se encuentra en la obra salvadora de la muerte y resurrección de Jesús.
Lamentablemente hay muchos Cristianos que no quieren mencionar el pecado cuando se involucran en conversar con no Cristianos pero, no mencionar el pecado no le hace favor. ¿Si el incrédulo no se da cuenta que ha ofendido a un Dios santo porque tendría necesidad de arrepentirse? Si no hay pecado, no hay necesidad de arrepentirse. El ser humano tiene una naturaleza corrupta [Gen 8:21, Prov 11:6, Jer 17:9] y por eso es necesario hablarle del pecado y come lo hace separación entre él y Dios. En el segundo capitulo del libro de Hechos encontramos una predica del Apóstol Pedro en el cual él descubrió el pecado de aquellos que mandaron a Jesús ser crucificado. Dijo, "clavasteis en una cruz por manos de impíos y le matasteis - los impíos son aquellos sin ley así que no son hombres justos [v.23b]" y "este Jesús a quien vosotros crucificasteis [v.36]." Pedro estaba exponiendo su pecado no para enorgullecerse a si mismo sino que para apuntar a ellos a la gloria y resplandor de un Dios Santo.
Hay mucho de que el pecador tiene que enterarse con respeto a su pecado para que le da la espalda, es decir arrepentirse. Por lo demás, debe estar de acuerdo con Dios en decir que le ha ofendido para que su arrepentimiento venga de lo profundo de su corazón pero si la luz no llega hasta los rincones más oscuros, el hombre tendrá la posibilidad de quedarse con lo que satisface a su carne en vez de dejarlo en el altar para consumirlo. El pecador tiene que entender que es enemigo de Dios [Santiago 4:4] y que nada que él hace le agrada a Dios así que es muy lejos de Dios [Isaías 53:6].
Por lo demás es necesario saber cuales son las consecuencias de pecado. La muerte física es una de las consecuencias. Cada uno de nosotros vamos a morir por el pecado. El pago del pecado es la muerte [Rom 6:23]. Es una realidad pero aún mas importante es la necesidad a ver que el juicio de Dios va a caer sobre cada no creyente. Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien temed a aquel que puede hacer perecer tanto el alma como el cuerpo en el infierno [Mat 10:28].
Por lo tanto, otra consecuencia significante es la muerte espiritual. "Y el que no se encontraba inscrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego [Apoc 20:15]."
El pecador debe entender que el pecado es real y que tiene consecuencias eternas. El acto de presentarle el evangelio verdadero es un acto de amor en que le explicamos la realidad y las consecuencias de pecado. Nuestra fidelidad en presentarle el evangelio verdadero le agrada a Dios y le sirve al pecador entender que su única esperanza se encuentra en la obra salvadora de la muerte y resurrección de Jesús.
Comentarios
Publicar un comentario